miércoles, 20 de julio de 2011

El gordo en el país de los flacos

Ya está. Estoy en la fase tres. He bajado cuatro agujeros en el cinturón. Soy un hombre nuevo. Mi ropa me queda grande pero... qué más da. El gordo sentimental ya no es un gordo. O sí. Según el libro de la dieta que estoy siguiendo (sí, sigo porque esto no se acaba nunca), en este momento corro un grave peligro. El efecto rebote. Según el libro soy un viajero que acaba de llegar a una ciudad que no conoce, la ciudad de los flacos. Me creo que soy como ellos porque, como he dicho, he dejado por el camino nada menos que quince kilos, pero las cosas no son así. Según el libro soy un gordo en el país de los flacos. Mi cuerpo sabe que fui gordo y está dispuesto a volver a ser lo que fue en cuanto me descuide. La nueva fase dura diez días por cada kilo adelgazado. He echado cuentas y con eso llego hasta diciembre. Me voy a poner hasta el culo de polvorones, lo prometo.

2 comentarios:

  1. Me siento igual que tú pero con el tabaco. Llevo tres semanas limpia y, sin embargo, me sigo sintiendo como una fumadora en una zona libre de humos...Por cierto, necesito que pongan un candado en mi nevera!!!

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  2. Afortunadamente no creo que, a estas alturas, me de por fumar. ¡Animo!

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